Estamos todo el tiempo tomando desiciones, pero cuando tenemos que tomar una trascendental solemos huir.
Cada cosa que hacemos, trae consigo una consecuencia, cada palabra, cada gesto, cada cosita que creemos sin importancia, suele traer consecuencias GRANDES.
Pero.. ¿Que pasa si no podemos medir las consecuencias?
Todo buscamos la verdad, todos queremos encontrarla, pero a veces la verdad nos encuentra a nosotros primero.
La verdad siempre pulsa por salir a la luz. Está en su ADN, en su naturaleza, la verdad no resiste vivir en la oscuridad
La verdad ilumina, pero también proyecta sombras de eso mismo que ilumina. La verdad nos hace responsables, un mentiroso sobre todo es una gran irresponsable.
La verdad es una herramienta con la que podes construir o destruir. De chicos lo aprendimos jugando. Buscamos y tememos la verdad, porque sabemos que toda verdad tiene su consecuencia. Verdad...
Hacemos lo imposible por poder tocarla. Cuando buscamos la verdad lo que en realidad buscamos es su consecuencia. ¿Pero estamos listos para conocer la verdad? ¿Estamos listos para afrontar sus consecuencias? La verdad siempre tiene un precio ¿Estamos dispuestos a pagarlo? Curiosidad, deseo, un sentido a nuestra vida. Eso es la verdad.
Hacerse cargo de la verdad y accionar, eso es consecuencia.
Consecuencia es lo que sigue a la verdad. Es en definitiva el motivo por el que buscamos la verdad.
Toda verdad tiene su consecuencia. Y toda mentira también tiene su consecuencia, pero la verdad libera, y la consecuencia de la mentira, te agobia .
Entonces amigos, creanme, es preferible una verdad que duela, que una mentira que te haga feliz, porque sus respectivas consecuencias, nos liberan, o nos atan a una irealidad eterna.
¿Verdad o consecuencia?
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